viernes, 27 de marzo de 2009

Los Rastrojos obligan 420 emberas a desplazarse


LOS ULTRAJES sexuales a varias de las mujeres, así como los vejámenes a niños y adultos mayores; la destrucción de la escuela de la comunidad, las averías a la planta de energía de la localidad y el saqueo a las pertenencias de los lugareños como colchones, cobijas, toldillos, utensilios de cocina, animales, alimentos, dinero y en general, bienes de primera necesidad, cometidos por miembros de la banda Los Rastrojos, obligó a no menos de 430 indígenas emberas a desplazarse.

Los nativos, entre ellos 130 niños, tuvieron que salir de sus resguardos en Chocó. Según sus denuncias, un nativo fue acribillado delante de su familia y una aborigen sufrió abusos sexuales.

Atemorizados por lo ocurrido, los 420 embera permanecen hacinados en la localidad de Pizarro, a donde llegaron hace tres semanas.

Norberto Guacorí, líder de la comunidad, aseguró que fueron forzados a salir de sus tierras. “Los violentos obligaron a los compañeros a cargar equipos de campaña y fusiles y los utilizaron como escudos humanos”.

Guacorí precisó que Los Rastrojos, una organización criminal al servicio del narcotráfico y de la que hacen parte ex paramilitares, le dispararon indiscriminadamente a uno de los nativos y le causaron la muerte.

Dagoberto González, alcalde del municipio del Bajo Baudó, en Chocó, sostuvo que los desplazados permanecen en albergues provisionales y son atendidos por Acción Social, la Cruz Roja Colombiana y Bienestar Familiar.

“Acción Social hace presencia pero no resuelve (todos los problemas). La Cruz Roja hace presencia pero se devuelve a los ocho días”, se lamentó el mandatario.

Por su parte, las autoridades regionales, en cabeza del comandante del Batallón de Asalto Fluvial Nro. 3, mayor Jorge Torres, aseguran tener el control de las poblaciones de donde huyeron los aborígenes.

“Donde nosotros estamos desplegando nuestra fuerza pública, tememos el control total del territorio”, comentó el alto oficial.

Se espera que en los próximos días lleguen a Pizarro otros 100 indígenas desplazados, lo que agravaría aún más la situación humanitaria en esta humilde población chocoana.

Por su parte, acción social, a través de un comunicado, explicó que “a partir de una misión de verificación adelantada desde el 13 de marzo de 2009, en compañía de la Personería y la Alcaldía Municipal, el cura párroco de Francisco Pizarro en Bajo Baudó (Chocó) y el comandante del Batallón de Asalto Fluvial número 3 con jurisdicción en la zona, se pudieron verificar las graves violaciones a los Derechos Humanos (DD.HH.) e infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) de las que fueron víctimas las comunidades de Las Vacas y Birrinchadó, ubicadas en la ribera del río Purricha y que fueron perpetradas por la banda criminal (Bacrim) Los Rastrojos y el bloque Cimarrón del Eln, trenzados en una disputa por el dominio del territorio en esta zona del país”.

En la comunidad Las Vacas, la misión encontró que en el lugar permanecían cerca de 130 personas pertenecientes a la comunidad indígena embera, de las cuales el 70% eran menores de edad. “Éstas presentan graves problemas de salud debido a que se vieron obligadas a trasladarse hacia la zona selvática para resguardarse tras el arribo de integrantes de Los Rastrojos”, señaló.


No hay comentarios: