sábado, 16 de enero de 2010

2 suboficiales y 11 soldados, destituidos por falso positivo


Por incurrir en grave violación al Derecho Internacional Humanitario, la Procuraduría General de la Nación sancionó con destitución e inhabilidad general por 20 años a dos suboficiales y once soldados profesionales del Ejército por su responsabilidad en la retención y posterior muerte de Diosedes Caicedo Palomar, quien fue presentado como un subversivo muerto en combate.

Los militares sancionados son el Sargento Segundo Diego Arturo Mondragón, Cabo Primero Richard Hernán Espinoza Daza y los Soldados Profesionales Yair Andrés Mesa Ossa, Yovann Erneldis González Arias, Jorge Alexander Arias Flórez, Wilinton Arias Yepes, John Hawin Caicedo Sánchez, Dinael Antonio Sierra Franco, Héctor Alonso Londoño Ortiz, Fernando Vargas Chavarro, Luís Leisy Delbasto Arias, Marco Aurelio Millán Durán y Ángel Vicente Clavijo Martínez.

Los hechos ocurrieron el 31 de enero de 2004, cuando Caicedo Palomar fue interceptado en un retén militar instalado por miembros del Ejército Nacional, adscritos a la Compañía Batallador del Batallón de Contraguerrillas No. 28, a la altura de Puente Remolino, cerca a la Inspección de Valencia de la Paz, jurisdicción del municipio de Iquira, Huila.

Los militares que hicieron parte del operativo coincidieron en manifestar que Diosedes Caicedo Palomar falleció en desarrollo de un combate sostenido por las tropas del Ejército Nacional con un grupo armado al margen de la ley del cual hacía parte la víctima. Aclararon los militares que al ser atacados con armas de fuego, respondieron de igual manera y luego de cesar el fuego, efectuaron un registro en el lugar encontrándolo muerto.

Por su parte, los familiares de la víctima y otros testigos negaron que Diosedes hubiera muerto en un combate, pues además de ser un campesino que no tenía vínculos con la guerrilla, la mañana de su muerte había quedado en poder de los militares, luego de que éstos lo bajaran de un vehículo en el cual se transportaba hacia la Inspección de Valencia de la Paz, en un retén a la altura del puente El Remolino.

La investigación demostró una serie de inconsistencias en los reportes entregados por los militares.

El informe de patrullaje presentado por el sargento Mondragón Cortés se limitó únicamente a señalar el resultado de la baja en combate, pero no hizo referencia al número de personas con las que sostuvo el combate, la hora y las demás circunstancias relacionadas con ese hecho, tampoco hizo referencia a las presuntas personas que, después dijo, habían huido del lugar.


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